El cambio climático no tiene fronteras, ese es el título y la idea principal del estudio presentado ayer en una conferencia en la Universidad del Pacífico por Carlos Amat y León. Y, tal como dice el título, este fenómeno nos afecta a todos. Por eso es en cierta medida gratificante que, pese a ciertas resistencias por parte del presidente (hortelano de por medio), el tema ambiental en general y el tema del cambio climático en particular estén siendo cada vez más importantes en la agenda nacional. La reciente creación de un Ministerio del Medio Ambiente es, en ese sentido (como bien señaló Laura Arroyo), sintomática.
Pero, nuevamente como lo señala el título, para que las acciones que tomemos con respecto al tema sean efectivas no podemos pensar sólo localmente. En el estudio se presenta un breve análisis de las características de la región andina, su vulnerabilidad al cambio climático y los posibles efectos económicos que conllevaría, con la finalidad de motivar una investigación más amplia.
A continuación, algunos puntos que toca el estudio y que Amat y León comentó en la conferencia, y otros que también comentó pero que no están explícitamente en el documento:
Lo primero y más importante para comenzar a hablar del tema es aclarar que es un hecho irrefutable el que el calentamiento global sea causado por el hombre, principalmente por la emisión de CO2. No obstante, las negociaciones que se realizan a nivel mundial para regular las emisiones de carbono suelen hablar de una meta de 570partes por millón, lo que resultaría en un aumento de 2ºC con respecto a la era preindustrial. Y como dijo Amat en la presentación, claro, no es que los rusos vayan a sembrar mangos pero probablemente Siberia sea un poco más acogedor con 2ºC de más, o los suecos puedan disfrutar de sus playas; pero este aumento de 2ºC sería devastador para las zonas de montañas tropicales, que son las más vulnerables. Actualmente ya sentimos las consecuencias del cambio climático: estamos perdiendo los glaciares que nos brindan importantes servicios naturales al servir como reservorios. Esto puede causar escasez de agua y de energía (hidroeléctrica) disminuyendo el rendimiento por hectárea de la agricultura y afectando así al comercio internacional debido al cambio que esto significaría en la matriz de oferta frente a una demanda creciente. Es por esto que las acciones que se tomen deben priorizar tres puntos: la disponibilidad de agua, la seguridad energética y la seguridad alimentaria. En ese sentido debemos apuntar a aumentar la productividad por gota de agua. Así como promover un comercio que dé seguridad alimentaria sometiendo los intereses nacionales diversos a las necesidades de américa del sur, esto es, usar recursos (biotecnología) para diseñar una nueva matriz.
A continuación, algunos puntos que toca el estudio y que Amat y León comentó en la conferencia, y otros que también comentó pero que no están explícitamente en el documento:
Lo primero y más importante para comenzar a hablar del tema es aclarar que es un hecho irrefutable el que el calentamiento global sea causado por el hombre, principalmente por la emisión de CO2. No obstante, las negociaciones que se realizan a nivel mundial para regular las emisiones de carbono suelen hablar de una meta de 570partes por millón, lo que resultaría en un aumento de 2ºC con respecto a la era preindustrial. Y como dijo Amat en la presentación, claro, no es que los rusos vayan a sembrar mangos pero probablemente Siberia sea un poco más acogedor con 2ºC de más, o los suecos puedan disfrutar de sus playas; pero este aumento de 2ºC sería devastador para las zonas de montañas tropicales, que son las más vulnerables. Actualmente ya sentimos las consecuencias del cambio climático: estamos perdiendo los glaciares que nos brindan importantes servicios naturales al servir como reservorios. Esto puede causar escasez de agua y de energía (hidroeléctrica) disminuyendo el rendimiento por hectárea de la agricultura y afectando así al comercio internacional debido al cambio que esto significaría en la matriz de oferta frente a una demanda creciente. Es por esto que las acciones que se tomen deben priorizar tres puntos: la disponibilidad de agua, la seguridad energética y la seguridad alimentaria. En ese sentido debemos apuntar a aumentar la productividad por gota de agua. Así como promover un comercio que dé seguridad alimentaria sometiendo los intereses nacionales diversos a las necesidades de américa del sur, esto es, usar recursos (biotecnología) para diseñar una nueva matriz.
En las condiciones actuales, el primer impacto directo del cambio climático generaría una pérdida del 4,5% del PBI de los países de la CAN al 2025. Frente a esto, debido a que América del Sur es un sistema integrado, se requieren respuestas sistemáticas. Según dijo Amat, las primeras respuestas evidentemente son de los gobiernos locales, principalmente en el control de los relaves mineros y los desechos industriales y pesqueros, así como en el manejo de la biotecnología. Sin embargo, es crucial una respuesta desde las universidades que genere la información con los datos precisos (aun son extremadamente insuficientes en cuanto a la subregión andina) sobre los cuales reformar el estado. Una reforma que además, como dijo Amat, debería priorizar el lograr un país para vivir bien antes que un país primero en el ráting.
Esto último es importante ya que debemos saber que el modelo global de desarrollo actual no es sostenible. Si se quisiera alcanzar el nivel de PIB per cápita de EEUU a nivel mundial, se necesitarían (según el informe Stern) los recursos de cinco o seis planetas similares a la tierra.
...continuará...
Esto último es importante ya que debemos saber que el modelo global de desarrollo actual no es sostenible. Si se quisiera alcanzar el nivel de PIB per cápita de EEUU a nivel mundial, se necesitarían (según el informe Stern) los recursos de cinco o seis planetas similares a la tierra.
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1 comentarios:
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