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Caballitos

jueves, 28 de mayo de 2009 · 1 comentarios

-Detenciones
Ciertos sectores -el oficialismo y sus aliados entre ellos- hacen un escándalo porque retienen a los Vargas Llosa unas horas en el aeropuerto de Caracas cuando iban camino a un foro político. Hace apenas algo más de un año en Perú no sólo se detuvo sino se apresó a peruanos que volvían de un foro similar pero de distinta inclinación. Entonces, los mismos que hoy ponen el grito en el cielo no salieron a decir nada parecido a Todos somos Melissa, o Todos somos Roque. No es un asunto de libertad, es un asunto de ideología.
Bien por los que se manifestaron en contra en los dos casos, pero no es la regla.

-Pecar no te vuelve el diablo
El caso de los Vargas Llosa no es la prueba última de que Chávez es un dictador, como algún blogger afirma por ahí sin mayor argumento. Si fuera así casi no quedarían regímenes no dictatoriales en el mundo.

-Actualización:
Y ya que estamos con Vargas Llosa, no sé si estos son el cáncer terminal o el sida, pero por favor que no nos gobiernen de nuevo:

Caballitos

miércoles, 20 de mayo de 2009 · 2 comentarios

-Asilos, asilos...
El Perú asila a ex ministros Bolivianos que salieron del país cuando se les iba a iniciar un juicio por delitos de lesa humanidad. Bolivia evalúa la posibilidad de demandar a Perú ante La Haya, por asilar a acusados de violar Derechos Humanos. González Posada dice que Evo no sabe nada porque el asilo es un "derecho humanitario" (Vía IKN).
Si Fujimori hubiera gobernado en algún otro país probablemente hoy gozaría de su "derecho humanitario" al asilo en Perú y no estaría preso por sus matanzas...

-Pedro García-Herbozo responde a de Althaus en servindi.org.
Quien lo acusó de ser algo así como el cerebro maligno de una maquinación internacional perversa que busca "un trabajo de concientización de las comunidades orientado a desarrollar una capacidad de movilización y avanzar hacia una consolidación interétnica que les permita presentar propuestas unitarias" (en el artículo que comenté en otro post).
Lean el de Althaus y la respuesta.

-Dubois en Perú21: "pese a la corrección a la baja en la proyección de crecimiento, con el 3.5% estimado para este año seguiremos siendo, por amplio margen, el de mayor incremento en la región."
¿Es en serio? ¿Corrigen a la baja más o menos una vez al mes la proyección, y en serio crees que la actual es la definitiva?
"Por otro lado, internamente los indicadores de mayor actividad económica confirmarían la declaración del ministro de Economía de que la caída habría tocado fondo."
Claro, se cierra el círculo. Primero, el ministro de economía declará que ya tocamos fondo, luego el INEI anuncia que el crecimiento de marzo es dos puntos más que el de febrero y finalmente el economista periodista dice "uy, se confirmó lo del ministro". Lamentablemente, no es tan simple ni tan cierto.
1. Lo que explica el 3.05% de marzo es el sector servicios, cuyo crecimiento se 'estima' sin utilizar datos de los ministerios, es decir, se decide entre las cuatro paredes del INEI.
2. El 3.5% de crecimiento proyectado para este año asume que el sector minero crecerá 5% con respecto al año anterior. Para que crezca 5%, teniendo en cuenta el crecimiento hasta marzo, el producto minero mensual promedio en el resto del año tendría que ser casi igual al producto minero mensual más alto del año pasado, osea, algo así (según IKN):




-Segunda Guerra Mundial

















-Actualización:
El equipo de Coyuntura Económica (UP) ha recalculado el PBI con la metodología antigua. Los resultados, acá.

Caballitos sobre autoritarismo

sábado, 16 de mayo de 2009 · 3 comentarios

-Autoritarismo blanco
Dice De Althaus en Radicalismo Indígena:

El pecado original —y quizá único— de los decretos legislativos rechazados por las comunidades nativas movilizadas por Aidesep es que, efectivamente, no fueron consultados. Ese es un pecado general de la institucionalidad peruana, un rezago de la cultura autoritaria: las leyes y los decretos no suelen ser consultados ni con los interesados ni con los especialistas: se imponen, respondiendo con frecuencia a intereses específicos.

Pero me atrevo a afirmar, ucrónicamente, que si los decretos hubiesen sido consultados, también habrían sido rechazados por la sencilla razón de que Aidesep, financiada ampliamente por fundaciones europeas radicales, es, en buena cuenta, la punta de lanza en el Perú de una estrategia internacional

(...)

No sería de extrañar que haya otros elementos caldeando este radicalismo indígena exógeno. La mejor receta, sin embargo, además de defender con las fuerzas del orden la producción energética del país, es el diálogo racional, hasta el hartazgo, hasta disolver el maximalismo radical y recuperar para el país a los dirigentes secuestrados por esas ideologías, y hasta disolver los mitos y desinflar los monstruos, entenderse y llegar a acuerdos sensatos. O, si no es posible pese a todos los esfuerzos, desnudar la verdadera naturaleza de ese movimiento.

Vamos por partes, siguiendo el razonamiento "De Althaus". Que no se le haya consultado a los indígenas es un rezago de la cultura autoritaria. Si se les hubiera consultado a los indígenas, lo hubieran rechazado. Si lo rechazan, son radicales secuestrados por ideologías. La solución: o "recuperamos" a los "dirigentes secuestrados por esas ideologías" o desnudamos "la verdadera naturaleza de ese movimiento".
Conclusiones "De Althaus":
1. Los decretos se tenían que pasar sí o sí. La consulta debió darse, pero sin opción a que se rechace los decretos.
2. Los indígenas no son capaces de pensar por sí mismos. El "radicalismo" es exógeno, es decir, no es consecuencia de ser ninguneados por el estado y de no ser consultados, si no simplemente de intereses externos (que no especifica qué beneficio particular pueden buscar, aparte del de los pueblos indígenas) que manipulan a la población indígena.
3. Lo de ellos es ideología, lo mío es la verdad.

Recomiendo leer el artículo (especialmente a los extranjeros) para entender la forma de pensar de los herederos de la cultura autoritaria y paternalista costeña del Perú.

-De Althaus no puede afirmar que si hubiera habido consulta, se hubiesen rechazado todos los decretos. La protesta muestra en realidad más repudio al hecho de no ser consultados que a los decretos en sí.

-Así como De Althaus sostiene que Aidesep es la punta de lanza de una estrategia extranjera, los dirigentes en realidad son sólo la punta de lanza de todo un conjunto mucho más grande de gente que apoya la protesta (ah, y con gente me refiero también a "indígenas", por si no entienden los lectores de Althaus).

Otro tema:
-WolframAlpha, un nuevo tipo de buscador
Ver la explicación acá. (Leído primero en Marginal Revolution)

Paro amazónico: TLC así no

miércoles, 13 de mayo de 2009 · 5 comentarios

No, no es un artículo de nostalgia caviar sobre una campaña que no prosperó.


El comercio genera en agregado beneficios en tanto los países que participan de él aumentan sus posibilidades de consumo -cuantitativa y cualitativamente- y sus posibilidades de producción. Al menos la mayoría de economistas coinciden en eso. En ese sentido, un Tratado de Libre Comercio entre dos países, en principio es beneficioso para los dos.

El imperialismo y las violaciones a la soberanía, son en cambio, perjudiciales para quien los sufre. Dejar que un estado extranjero decida sobre asuntos nacionales es irresponsable, peligroso y antidemocrático. Los pobladores de un país, por lo general, no eligen a un gobierno para que este deje que un gobierno extranjero decida qué leyes son mejores para ellos. Cuando esto sucede se crean conflictos, no necesariamente por la agitación de sentimientos nacionalistas, si no muchas veces porque las reglas de juego que un país pretende imponer al escenario interno de otro no tienen nada que ver con la visión de los pobladores del segundo sobre cómo deberían ser las reglas de juego.

En particular, esto último es muy común como resultado de negociaciones de tratados de libre comercio. Es usual que se incluyan en estos secciones sobre cuestiones que poco o nada tienen que ver directamente con la libertad del comercio, con argumentos falaces basados en la supuesta lógica que dice que para poder ganar con el comercio se tiene que comerciar con un país que cuenta con reglas de juego similares a las propias (leyes laborales, estándares ambientales, etc). Esta lógica, sin embargo, no soporta la teoría más básica de comercio internacional que explica que la ganancia del comercio está en la mayor expansión de las posibilidades de producción que se da como resultado de la especialización de cada país en la producción de aquellos bienes en los que tiene ventaja comparativa (concepto bastante más complicado de lo que parece, la entrada sobre esto en Wikipedia da una explicación sencilla), sin importar cuál es el origen de esta ventaja comparativa.

Sin embargo, a pesar que los expertos en la teoría del comercio internacional comparten esta posición sobre la ganancia del comercio, la idea de que la necesidad de exigir reglas más "justas" al otro país como condición para beneficiarse del comercio es muy aceptada en la opinión pública y en círculos intelectuales (ver Ricardo's difficult idea, de Paul Krugman), y ha tenido un papel preponderante en las negociaciones de los tratados de libre comercio que proliferan en los últimos años. Así, a nadie le parece extraño que un tratado que debe liberalizar el comercio entre dos países incluya cláusulas sobre ajustes legales que tiene que hacer una de las dos partes, en asuntos no relacionados directamente al comercio, pues se cree que estos son una condición necesaria para beneficiarse de este.

Con esto quiero decir que, no sólo las leyes que se intentan imponer a otros países mediante TLCs para consolidar una posición de dominio o para beneficiar a intereses privados o estatales de un país en particular en el otro son negativas. El imponer leyes mediante TLCs, así sean por consideraciones de justicia no es ni necesario ni bueno (1). Existen, desde distintos puntos de vista respetables, muchas situaciones injustas e indignantes en el mundo, sin duda, pero el libre comercio no es necesariamente el encargado de cambiarlas. No se puede pedir al comercio internacional que obligue a un país con reglas de juego "injustas" a imponer reglas "justas". Análogamente, la idea de justicia de un país con el que se desea comerciar no puede usarse para imponer reglas que las decisiones de los individuos del país propio no han generado.

Esto último es especialmente importante pues nadie lo menciona. Nadie reclama en principio que se eliminen temas no relacionados al comercio de las negociaciones comerciales. El reclamo, más bien, se da cuando estos temas afectan intereses particulares: los empresarios reclamarán cuando un TLC obligue a hacer más dura la legislación laboral, los pueblos indígenas reclamarán cuando un TLC haga más flexibles las leyes sobre sus tierras. En realidad, contra lo que se debería reclamar, especialmente en los sectores favorables al libre comercio es contra la desvirtuación del principio de libre comercio, al atarlo a consideraciones que nada tienen que ver con las ganancias que este genera.

Los decretos que hoy han ocasionado la gigante protesta amazónica, se hicieron pasar con la excusa del TLC. Más allá del detalle legal sobre si el ejecutivo efectivamente contaba con la autorización para pasar estos decretos o si estos en realidad no estaban entre las exigencias del TLC y se camuflaron entre otros que sí lo estaban, el punto es que el TLC no debió exigir en principio nada de este tipo.

Los TLCs sirven para abrir el comercio entre dos o más países que consideran que abriendo el comercio entre ellos aumentarán sus beneficios, y deberían servir exclusivamente para esto. Al utilizar el libre comercio para cambiar las reglas de juego extranjeras, se desvirtúa su esencia, se le da atribuciones que no merece y se crea la idea de que debería dar resultados que en principio no son necesariamente los que debe dar. Las reglas de juego internas que un país elige deben ser siempre potestad de los pobladores de este país -representados por sus gobernantes-, y la decisión de comerciar o no con otro país, también. Asímismo, la ganancia de comerciar con otros países nada tiene que ver con las reglas de juego de los otros países, que fueron definidas por circunstancias históricas, sociales, culturales, económicas y políticas del propio país.

La idea de que cierta condición de justicia, definida por alguna de las partes que quiere comerciar, es necesaria en los países que participen del comercio para que este sea beneficioso da pie a la imposición de reglas de juego distintas a las locales, decididas de una forma exógena a la realidad de cada país. En ese sentido, esa idea es peligrosa pues estas reglas de juego no consensuadas localmente crean conflictos, y es doblemente peligrosa cuando se usa para condicionar la incorporación de los países al comercio internacional, ya que crea más presiones para implementar reglas conflictivas bajo la esperanza de prosperidad asociada al comercio.

En el Perú estamos viviendo hoy las consecuencias de interpretar mal -no a nivel local, si no a nivel mundial- la función del comercio, por lo que pienso que este TLC así no debió ser. No debieron incluirse en el tratado capítulos sobre legislación no relacionada al comercio. Tampoco debieran ser así los próximos que se firmen. Pero bueno, sería iluso pensar que de la noche a la mañana los hacedores de política, los negociadores y los lobbies de todo tipo -acá pero sobretodo en el extranjero- hagan caso a la teoría que descansa escrita hace casi doscientos años.

_____________

(1) Ver también "What should trade negotiators negotiate about?" de Paul Krugman, en Journal of Economic Literature
Vol. XXXV (March 1997), pp. 113–120

Caballito

viernes, 8 de mayo de 2009 · 1 comentarios

-Farid Matuk acusado de nuevo. Acá. (Vía el GCC)
¿Será coincidencia que venga justo después que sus críticas a la metodología del INEI hayan llegado al mainstream?

Bonus:
-Hoy: Los ZappinG, Mad Frauen y Defective Star en Mochileros (Pedro de Osma 135, Barranco), gratis.

Actualización:
-"Mercado, justicia y Estado", de Óscar Ugarteche. Para no olvidar los rasgos del "fujimorismo económico" que Du Bois y compañía prefieren obviar.

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Uno de Los ZappinG (http://www.myspace.com/loszappingperu) y estudiante de tercer año de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico.

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